Rasadom
La pasión de dominar.
Ciertamente, parece que siempre desamos tener el control sobre todas las cosas y es una enfermedad que además de dañar el espíritu, irremediablemente perjudica nuestro cuerpo y mente; y, peor aún, una actitud proclive al dominio, en las más de las ocasiones daña la vida de otras personas, personas que generalmente amamos y apreciamos, como son nuestros familiares, amigos, compañeros de escuela, alumnos, gobernados, etc.
La única cura a esta enfermedad, si la padecemos, o bien como medida preventiva, es estar atentos al PROPÓSITO QUE DIOS TIENE PARA CADA UNO DE NOSOTROS, pues sólo de esa manera podemos actuar en congruencia con nuestra oración; ya que generalmente le pedimos al Señor que se haga su voluntad, pero actuamos como si nuestra oración fuera en el sentido de que sea nuestra voluntad la que queremos que se cumpla.